A la secció "Última hora":
"Una noticia importantísima empezó á circular ayer tarde á la llegada del tren de Manresa. Decíase que en Navarcles, pueblo distante hora y media de la citada ciudad, había sido sorprendida la facción que acaudilla el cura Galceran, que éste había sido hecho prisionero junto con un centenar de su batallón.
Hé aquí el parte oficial en que comunica tan notable suceso el comandante militar de Manresa señor Filipiano del Campo, al cual se debe principalmente el éxito de la operación:
«Excmo. señor: A las doee de la noche anterior tuve confidencia de la llegada á Navarcles de la facción del Cura Galceran con 250 infantes y 80 caballos.
En el acto dispuse la salida de la fuerza franca del batallón provisional, consistente en 250 hombres. El teniente comandante del destacamento de artillería con 10 y una pieza de montaa; 10 guardias civiles y 60 hombres de las rondas de Manresa y Talamanca constituyendo todos un total de 330, á las órdenes del comandante del Provisional don Francisco Godoy.
El resultado altamente satisfactorio que, solo en globo, puedo comunicar á V. E. en este momento, ha sido, después de dos horas de fuego de fusilería y artillería dentro de aquella población, la herida y aprehensión del cabecilla citado y dos mas que se hallan en este hospital, 104 prisioneros que tengo completamente custodiados en el cuartel de Santo Domingo, 101 armamentos y varios efectos, dos acémilas con cuatro cajones da municiones, cinco caballos y 1837 reales vellón, ocupados al que dijo ser habilitado.
Se me asegura que quedaron en las calles cosa de treinta muertos y muchos heridos, cuyo número precisaré al contestarme el alcalde de aquel pueblo, quien, al intento, prevengo lo conveniente.
Por nuestra parte solo lamento la muerte de un bravo soldado en este afortunadísimo hecho de armas, tres heridos, ya existentes en este hospital y algunos de menos entidad y contusos, cuyo reconocimiento se está practicando.
He dispuesto socorrer en el acto á los prisioneros y que acudan expendedores de víveres para su sustento, asi como el suministro de camas y demás necesario para su mejor estar.
Acabo también de disponer que la Asociación de la Cruz Roja se traslade á Navarcles para prestar sus humanitarios servicios á los heridos carlistas.
Por último, dispongo asi mismo, para mañana, suntuosa sepultura al soldado de cazadores de Cataluña Lorenzo Rodriguez Castellano, á quien antes aludo.
La fuerza descansa en este momento de la fatiga de la noche y madragada. Su jefe me dará parte escrito y circuntanciado de todo, que tendré la honra de transmitir á V. E., mientras que ahora solo me apresuro á hacerle partícipe del júbilo que experimento por tan plausible, importante y trascendental suceso.
Dis etc. Manresa 30 marzo 1875. - El brigadier comandante militar, Filipiano de Campo y Tamayo. -Excmo. señor general en jefe de este ejército.»
Hasta aquí las noticias oficiales. Con referencia á cartas que hemos recibido, podemos añadir que las fuerzas salidas de Manresa lograron con todo sigilo acercarse á Navarcles, en donde penetraron de improviso sorprendiendo al enemigo. Allí se hallaban reunidas las partidas de Galcerán y Mariano de Castelltersol. Las tropas y rondas atacaron con ímpetu, sembrando en el pueblo el espanto, que aumentó con los repetidos disparos de artillería y las voces de mando que se oían en todas direcciones, con lo cual creyeron los carlistas que se les había echado encima una numerosa columna. Algunos con la caballería lograron salir y escapar, pero los restantes, después de una lucha tenaz, viéndose acorralados y ante la inutilidad de la resistencia, se entregaron.
Entre estos hay el cabecilla cura Galceran, que al salir de su alojamiento recibió una descarga que le causó tres heridas. Además de este cabecilla fué heeho prisionero un oficial llamado Juan de la Marcona y un sargento hijo de Manresa llamado Bonjuan. Casi todos los demás prisioneros son hijos de Manlleu y de Vich. A las ocho de ayer mañana entraron en Manresa los prisioneros con la columna de cuyo valor y arrojo en este hecho de armas se hacen los mayores elogios. Después se enviaron carros á Navarcles para recoger los heridos carlistas que habían quedado allí."