25 de desembre del 2011

Josep Costa Casanovas, un escriptor taurí de Navarcles (06-10-1927)

La Fiesta brava, 6 d'octubre de 1927, núm.66, pàgines 165-167

A la secció "Escritores taurinos españoles del siglo XIX", escrita per Don Ventura Vagués*:

"JOSÉ COSTA CASANOVAS
(Rigores)

Fué en El Diluvio, el diario republicano barcelonés, donde el señor Costa y Casanovas popularizó el pseudónimo Rigores durante los años comprendidos desde 1893 a 1900. Terminó de escribir de toros precisamente al finalizar el pasado siglo y empezó a hacerlo en 1883, en un semanario de Barcelona titulado El Arte, que tenía el doble aspecto de taurino y teatral, que se publicó durante aquel año y el siguiente y del que era director don Luis Sánchez Coronel.
Al morir El Arte, nació El Descabello, fundado por el propio Rigores, periódico que vio la luz durante los años 1885 y 1886.
Es decir, que, cuando se hizo cargo de la tribuna taurómaca de El Diluvio, en la cual le sucedió Asares, ya era el señor Costa un escritor que desde la prensa profesional había cultivado tal especialidad.
Nació en Navarcles (Barcelona) en 1866 y murió en la ciudad condal en enero de 1914. Como dato curioso no estará de más decir que la primera corrida de toros que presenció fué cuando contaba diez años; ocurrió en la vieja plaza de la Barceloneta, el 23 de julio de 1876, y en tal ocasión vio a Chicorro, José Machío y Paco de Oro estoquear seis astados de la Viuda de Varela.
Pudo vanagloriarse Rigores de que merced a sus escritos aprendieron muchos aficionados los secretos del arte taurómaco, pues a causa de haber dispensado preferente atención a la parte técnica del mismo, en una época en que dicho aspecto estaba menos divulgado que en la actualidad, logró que los taurófilos que le leían conocieran la verdad que había en la ejecución de las diversas suertes, o que salieran del error con que apreciaban la ejecución de las mismas.
Costa y Casanovas fué, ante todo, un técnico. Si una estocada puesta en lo alto producía derrame y era acogida con silbidos, allí estaba la pluma de Rigores para salir al paso de los que equivocadamente protestaban y advertirles que no deben tomarse como golletazos todas las estocadas que originan hemorragia, pues lo interesante es fijarse en la colocación de la espada y en la manera de practicar la suerte.
Y citamos en este caso, como un ejemplo de los muchos que constantemente eran objeto de la atención de Rigores, en su deseo de vulgarizar lo que, aun siendo muy rudimentario, no está al alcance de quines sienten entusiasmo por la fiesta.
Al abandonar la especialidad tauromáquica continuó en la Redacción de El Diluvio, habiendo simultaneado siempre sus actividades periodísticas con otras de carácter comercial.
En su aspecto de revistero taurino disfrutó de merecida reputación por la inteligencia que puso a prueba constantemente."

* Posteriorment s'edità com a llibre: Escritores taurinos españoles del siglo XIX, Sevilla: Asociación de Amigos del Libro Antiguo, 1993