Solidaridad Obrera, 10 d'agost de 1934.
"Alrededor de un hallazgo de dinamita en Tarrasa
Después de haber pasado muchos días, continúa todavía la confusión en los medios policiacos para aclarar tal asunto. No es de estrañar, pues, acostumbrada como está la Policía a levantar fantásticos atentados, sean estos ciertos o inciertos.
Lo que de no haber intervenido la Policía hubiera sido una simple causa judicial por tenencia ilícita de explosivos con miras a un asunto comercial, se ha convertido en un [xxxx] proceso. Están de por medio intereses políticos, con ganas de meter en cintura a todos los contrarios en ideas.
Solayaremos lo que sobre estos pueda recaer, dando en estas cuartillas una pauta para esclarecer el asunto que parte de la Prensa ha querido tergiversar con miras siempre a su fuero comercial.
Un comercio ilícito de dinamita, como hemos dicho anteriormente; un registro efectuado por la Policía en el domicilio del individuo que a eso pensaba dedicarse para mejorar su situación económica; una detención inmediata y un interrogatorio que confirma lo antedicho -pero que no satisface a los que quieren simular buenos servicios- hubiera sido lo justo en el asunto del hallazgo de la dinamita en Tarrasa.
Pero no ha sido así. Después de unas aclaraciones en la Comisaría de Órden Público saltaron los "cómplices". Se realizó la detención del chófer que transportó la mercancía, sin tener alguna participación en el hecho y cumpliendo solamente lo que le autoriza su profesión. A raíz de esta detención hubo nuevos "interrogatorios".
Después, arrestos, detenciones en otras partes. Ahora en Rubí, poco más tarde en Tarrasa. Nuevos "interrogatorios" y ya está el cabeza, es decir, el jefe que necesita la Policía. De ahí parte la detención de otros individuos en diferentes localidades, Castellar, Navarcles, etc. Más interrogatorios y pocos resultados positivos.
Palabras y más palabras en la Comisaría General y por fin el atentado pasa a manos del juez.
Nuevo interrogatorio de éste, pero antes las evidentes pruebas de que se pretende amañar un sensacional proceso, el juez escucha [xxxx] a los detenidos. Sin embargo procesa a siete camaradas. De los diez que había [xxxx], uno salió en libertad. A los otros dos, de Castellar, también se les notificó la libertad pero quedan todavía a disposición del Comisario de Órden Público.
Por parte del juez quedó reconocida su [xxxx]. Más no importa, es menester continuar con la injusticia.
No se crea que el abuso de autoridad quede terminado con lo expuesto. Hay más. El tan cacareado proncipio de propiedad -lo que según ellos es sagrado- aparece reducido a la nada.
El coche del chófer [xxxx]tado después de más de veinte días de retenido por parte de los representantes del Gobierno autónomo de la democrática Cataluña; después de tanto tiempo, ni la razón de la lógica ni la lógica de la razón ni la [xxxx] del señor juez, dando de tiempo unas horas, ha sido suficiente para hacerles comprender que no debía ser usado.
No importa que quede en entredicho el poder judicial; no basta que quede en ridículo el juez en menester dar gusto a malas pasiones perjudicando moral y materialmente a todos aquellos seres que ideológicamente no piensan como la mayoría de los agentes del [xxxx] cuerpo policial.
Atienda quien le corresponda reparar en lo posible tamaña injusticia, compruébese que dicho automóvil sirve para cosas que no debe servir y respétese el principio de propiedad que según las leyes es algo intangible.
Piense quien tiene autoridad para ello, que el "auto" de autos es el pan de una familia. Es más, compruébese que indirectamente se ha atacado a la propiedad individual por quines en uso de su deber deberían respetarla.
Si no se pone esto a todo ello no importa. Las injusticias templan el ánimo de los [xxxx], y si lo que un día, en algunos de nosotros, se pasaba de ser una mera simpatía, ahora, después de la prueba y de la arbitrariedad sometida, [xxxx] inquebrantable en un ideal de amor y de libertad.
Los presos sociales de Tarrasa"