El Socialista, nº 226, 4 de juliol de 1890, pàgina 4.
"REMITIDO (1)
Compañeros del Consejo de Redacción de EL SOCIALISTA:
Sintiendo mucho mermar el espacio que dedica vuestro semanario á defender los intereses del trabajo, véome precisado, sin embargo, á pediros insertéis las siguientes líneas.
Quizá no habrán olvidado los lectores de EL SOCIALISTA que en una carta de Manresa, firmada por mi amigo L., se decía que si la conducta de algunos representantes de las Clases de Vapor para con los presos de Navarcles no se modificaba, hablaría claro y terminante.
Como al poco tiempo de escribir eso, esta ciudad se encontró en situación anormal por la coalición de los fabricantes que dió lugar á la huelga forzosa, mi amigo no estimó conveniente decir nada. Hoy, por más que las circunstancias son también especiales, no es posible ya callar.
Los demás presos y yo declaramos que nos hemos equivocado al suponer que la Federación de las Tres Clases modificaría su conducta respecto á nosotros. Si mal cumplía con su deber cuando publicó mi amigo L. la carta á que antes me he referido, peor, mucho peor está cumpliendo en la actualidad, pues si antes venía algún representante á visitarnos, ahora ni eso hacen.
Un mes hará que el representante de las Clases de Vapor de esta población, Blavia, visitó aquí á varios compañeros de Manresa, pero ni siquiera se acercó á nosotros á saludarnos. En otra ocasión hizo casi lo mismo, pues mientras varios compañeros subieron á vernos, él se quedó á la puerta de la cárcel esperándolos.
¿Es así como debe proceder la Federación con individuos que, perteneciendo á ella, se ven presos por defender los intereses del trabajo? ¿Somos acreedores á ese abandono los presos de la huelga de Navarcles? ¿No es indigno que El Obrero, órgano oficial de las Clases de Vapor, no haya dado aún cuenta de nuestra prisión? Estamos seguros que si todos los federados fuesen sabedores de lo que nos ocurre, ó protestarían del abandono en que se nos tiene, ó harían lo posible para que se nos entregara algo de lo que nos corresponde.
Porque debe saberse que á no haber venido en nuestro auxilio los individuos del Partido Socialista Obrero, hubiéramos sufrido, á más del tormento moral de vernos abandonados, las naturales privaciones que lleva consigo la carencia absoluta de recursos.
Mi objeto al publicar estas líneas no es entablar una polémica, sino dar á conocer lo mal atendidos que hemos sido los presos de la huelga de Navarcles por los representantes de la Federación.
El que esto escribe tiene en su poder la baja de la Sociedad de Esparraguera (colonia Sedó), firmada por el presidente con fecha 23 de agosto de 1889, lo que prueba que cumplía con su deber de asociado en la Federación. Lo mismo he hecho en San Martín de Provensals, en Navarcles y el año 83 en Puigreig. Anteriormente trabajé por la propaganda societaria en la fábrica de Agustín Rosal, hermanos, situada cerca de Berga, lo que nos costó á otros compañeros y á mi quedarnos sin trabajo.
Veremos si El Obrero se decide á dar cuenta á los individuos de la Federación de que en la cárcel de Manresa hay varios compañeros presos á consecuencia de la huelga habida en Navarcles el año 88.
Si no lo hace, al salir de aquí el 11 de agosto tendré el derecho de manifestar en todas partes lo mal que con nosotros han practicado la solidaridad los que tenían el deber de auxiliarnos.
Vuestro y de la Revolución — Jaime Puig.
Cárcel de Manresa, 22 de junio de 1890.
(1) Este escrito no pudo ir en el número anterior por falta de espacio."