1 de juny del 2025

Resolució d'un assassinat (30-04-1957)

Sallent, Año VI, núm.100, 2a quinzena d'abril de 1957, pàgina 4.

A la secció "Noticiario local":

"Arroz amargo 
El día 19 de moyo de 1956 fué descubierto bajo el puente de Navarcles el cadáver de un hombre que flotaba en aguas del rio Llobregat. El cadáver presentaba la cabeza envuelta en un trozo de monto atada al cuello con uno cuerda de esparto. También llevaba los pies atados con otra cuerda, a la que se había añadido un cordón marrón de zapatos. 
Por todo ropa el cadáver vestía una camisa de color azul y dos pares de pantalones, e iba descalzo. En uno de los bolsillos le fueron encontrados veinte céntimos. Y en un dedo de las manos, un anillo de metal blanco. El médico forense dictaminó que en la cabeza presentaba una herida mortal de necesidad, herida producida por un fuerte golpe, que bien pudo recibir al caer desde el puente al río y chocar con las numerosas piedras del fondo. 
Todo hacía presumir que con el hallazgo del cadáver se había descubierto un crimen. Pero los meses pasaron y pese a lo profusión de fotografías que se obtuvieron del muerto y que fueron presentadas por los hombres de lo Benemérita en distintos pueblos de la zona de Manresa, nadie reconocía a aquel hombre, que aparentaba unos cincuenta y seis años de edad. 
Lo investigación se hizo lenta, monótona, pesada, por falta de datos sobre la identidad de aquel hombre hallado flotando sobre las aguas del Llobregat.
En San Fructuoso de Bages, pueblo situado a cuatro kilómetros de Manresa, la Guardia Civil dejó una fotografía en Caso Quico, tienda de comestibles, rogando que la mostraron a cuantos mendigos pasaron por aquella zona, para ver si conocían al muerto. 
Un niño de nueve años de edad, sucio y mal vestido el infeliz, llegó hasta la tienda un día pidiendo limosna, el cual manifestó que era el mismo que unos hombres mataron en el puente y según él mismo había visto. 
La noticia llegó rápidamente al Puesto de la Guardia Civil de Sallent, cuyas fuerzas averiguaron que el arrapiezo se llamaba Rafael Masip Subirás y que era hijo de unos mendigos llamados Juan y Cinta, sin domicilio fijo, los que fueron localizados en Puente de Cabrianas. 
Rafaelito se reafirmó en lo manifestado y aún acusó a otros dos mendigos apodados «el Piqué» y «el Argentino» como autores del asesinato. Todo lo cual y a su vez corroboró el padre del chiquillo, el ya mencionado Juan Masip. La madre, Cinta Subirás, había sido ingresada en el Hospital de Manresa, en estado gravísimo, pero interrogada, aportó otro dato, el referente a que el muerto era otro mendigo llamado «el Mallorquín». 
La Guardia Civil recorrió todos los recovecos de caminos y carreteras, campos y solares, pajares y puentes, para lograr la captura de «Piqué» y «el Argentino» sin lograr descubrir su paradero. No obstante, una idea magnífica fue puesta en práctica. Se habían estudiado todas las posibilidades para hallar a los presuntos asesinos, y analizando sus gustos y rumbos posibles, se pensó que no faltarían a una tradicional fiesta que se celebra en San Fructuoso, el martes de carnaval, una fiesta llamada «Día del arroz» que en otros pueblos es conocida por «Festa del ranxo». Los investigadores acertaron y para lograr el éxito en su servicio, el Teniente Jefe de la Linea de Sallent don Martín Aztaraín Urrutia y varios números de la Benemérita vestidos de paisano acompañaron al Masip, el que durante la fiesta tendría que señalar a sus compañeros de vagancia. Efectivamente, entre el bullicio festivo, allá en la cola para recibir el plato de arroz recién condimentado, tuvo efecto el resultado apetecido. Los dos sospechosos fueron detenidos y conducidos a Manresa, donde habían de someterse al interrogatorio correspondiente. Habiendo negado insistentemente la comisión del delito pero incurriendo en contradicciones constantes, fueron puestos a disposición del Juez de Instrucción de Manresa. Más tarde y trasladados a Navarcles para la reconstrucción de los hechos, confesó «el Piqué» llamado Laureano de Santamaría Piqué García, de sesenta y seis años de edad, soltero y natural de Segorbe. Por contra, «el Argentino» resultó inocente y puesto en libertad, ya que asustado el pequeño Rafael, terminó por delatar a su propio podre como el otro autor del hecho. 
El brillante servicio de la Guardia Civil, servicio que parecía insoluble, ha merecido la admiración de toda esta comarca."