A la secció "Barcelona":
"Navarcles 2 de febrero.
Por mas que leamos y releamos ese diario, jamás veemos en él una sola línea que recuerde los
adelantos de este hermoso y rico llano de Obages [sic: Bages]. Al objeto de hacerlos conocer á los lectores de ese diario, me habia propuesto describirles el hermoso puente que se esta levantando sobre el Llobregat, correspondiente á la carretera de Manresa á Vich; así como la grandiosa fabrica que el señor D. Isidro Puig levanta junto al histórico convento de San Benito de Bages; obras las dos dignas de elogio por todos conceptos.
Mas un hecho horroroso, acaecido ayer en esta, me obliga á ocuparles su atencion.
Estaba procediéndose con toda formalidad al sorteo de la quinta. Sacáronse tres ó cuatro nombres, con sus números correspondientes, de las urnas hasta llegar al nombre de uno de los concurrentes que le tocó el número uno. El joven señalado con este numero pareció que se perturbaba un poco al oir publicar su suerte; mas no hubo tal perturbacion, pues que en el momento
que así se le creyó, estaba abriendo una descomunal navaja de muelles, con la que asestó una terrible cuchillada a un amigo que tenia al lado, y con el que habia ido á beber el aguardiente antes
de ir á presenciar el sorteo. Fué dada con mano tan segura que, reconocida, resultó ser una herida
penetrante de siete pulgadas de profundidad, que, entrando por entre la segunda y tercera costillas derechas, llegó, rompiendo esta última, herir el corazon siguiendo una direccion oblicua. Es
en vano decir que antes de cinco minutos el herido era cadáver.
Constituido el Tribunal en ésta, procedióse al interrogatorio del reo, el que con la mayor desfachatez reconoció el cadaver por el del amigo a quien habia herido, añadiendo que lo habia hecho
solo por querer matar a alguien para que luego le matasen á él, para que así no tuviese que ser
soldado: que el muerto era un íntimo amigo suyo; que no habia mediado la mas pequeña
disputa entre los dos, y que dió la cuchillada á él, así como la hubiese dado a otro. Preguntandole
el señor fiscal, porque no se dió la cuchillada á sí mismo, le contestó, sin inmutarse, que «a la pell
dels altres no fa tan mal.»
Se lo llevaron ayer mismo á la carcel del partido, en donde esperará el fallo de la justicia.
No puede Vd. figurarse el disgusto que este atentado produjo en el animo de estos vecinos."